jueves, 29 de agosto de 2013

Paseando por nuestra historia de la mano del Círculo Histórico Cultural Consaburense

Al hilo de una de las últimas entradas a nuestro blog relativa a las calles de Consuegra y para seguir recuperando algunas más, recordamos los antiguos nombres con los cuales nuestros antepasados llamaban a los lugares por los cuales seguimos paseando y viviendo hoy:

-La calle Eulogio Merchán, también tuvo otro nombre durante decenios, que fue el de calle de “Don Antonio”, debido a que un antiguo alcalde de Consuegra, don Antonio de Madrid, vivió en esta calle, recordándonos que el apellido “Madrid”, perteneció a una ilustre y querida familia de consaburenses.
-La calle que va a hacia el centro de Salud y hacia la calle “Goya”, antaño llamada calle “Nueva”, también tiene un nombre curioso. Es la calle de las “Crespas”. El origen viene de unas hermanas consaburenses a las cuales las llamaban así, las “Crespas”. Eran hijas de un hacendado consaburense llamado Pedro Moraleda-Crespo (que también fue alcalde), las cuales vivían en esta calle; de ahí que el pueblo las llamara según el apellido que habían heredado de su padre.
-La calle “San Francisco de Asís, actual, tuvo durante muchos años el nombre de calle de los “Nalda” ó “Naldas”. El origen viene dado de nuevo por una familia apellidada de esta manera, que al menos en el siglo XVII ya vivían en Consuegra y en esta calle. Pedro y Francisco de Nalda fueron dos hermanos que pertenecían a esta familia en 1675.
-La actual calle “del Ciprés”, tuvo un nombre cuanto menos curioso, ya que en la documentación aparece como calle de la “Cocorra”, sin explicarnos a fecha de hoy si este sería un nombre u apodo de alguna consaburense de hace siglos.
-La calle de “Don Vidal”, junto a la actual residencia de ancianos San Francisco de Asís, debe su nombre a don Vidal Marín del Campo, ilustre personaje moracho que se casó con una consaburense. Pero más antiguamente esta calle se llamó calle del “Verbo”, seguramente porque algunos consaburenses apellidados así, vivieron en esta calle hace años.
-Otra calle situada junto a la parroquia de San Juan Bautista, llamada hoy calle del Vinagre, tenía en el siglo XIX un nombre diferente. Era la calle de la “Sombrerera”. En este caso suponemos que alguna vecina de la misma, se dedicaba al arte y oficio de los sombreros.
Nos siguen quedando muchos nombres más, como calle del Albañal, calle del Azacán, calle de don Francisco, los cuales, poco a poco seguiremos descubriendo…




José García Cano


lunes, 12 de agosto de 2013

830 años de Castillo Sanjuanista en Consuegra, 8 Agosto de 1183.





Nuestro Castillo de Consuegra ha sido testigo de la mayor parte de la historia de nuestra localidad. Fortaleza en la que lucharon el hijo del Cid Campeador y las tropas Napoleónicas, con orígenes romanos, restos visigodos, musulmanes y reconstrucciones, hasta darle su aspecto actual, a cargo de la Orden de San Juan de Jerusalén, los Freires Hospitalarios de Acre. Según palabras del Conde de Cedillo, el Castillo de Consuegra y sus vastos dominios fueron  llave y baluarte de España y la Cristiandad contra el dominio musulmán en el sur de la Península.

El 8 de Agosto del presente año se conmemoró el 830 aniversario de la donación del Castillo de Consuegra y su Alfoz, por parte del rey Alfonso VIII El Bueno, al Prior de la Orden de los Hospitalarios de San Juan Bautista de Jerusalén, D. Pedro Aréis, confirmada la misma el 25 de Agosto del mismo año por el Pontífice Lucio III. El Rey y su mujer, Dña. Leonor, donaron a la Religión de San Juan y a dicho Prior, por  Juro de Heredad "castellum quod dicitur Consogra in frontera Murorum...". Se firmó el 8 de Agosto de la Era de 1221, en Palencia, basándonos en los 38 años de diferencia, correspondería con año 1183. Dicho Rey concedió los fueros a Consuegra, tras la conquista de la misma el 21 de Septiembre de 1172 o 1177, según los autores.

Alfonso VIII fue quien ganó también  la decisiva Batalla de las Navas de Tolosa. Nuestra localidad jamás volvería a estar bajo dominio musulmán a partir de esta importante contienda. Desplazada la frontera Castellana hacia el sur, comenzó la repoblación en la comarca y se otorgaron a las 14 villas que componían el Alfoz del Castillo de Consuegra las Cartas de Población.

Previamente, el 1150, Alfonso VII concedió la defensa del Castillo de Consuegra y sus territorios al noble  Rodrigo Rodríguez, aunque con poca fortuna, por lo que se optó por un modelo defensivo, repoblador y administrativo en la zona central de la Península gestionado por las Órdenes Militares, la de San Juan, la de Calatrava y la de Santiago, principalmente. Con esta medida, se le dio  a la conquista de territorios un tinte de Cruzada, Militia Christi, y de paso garantizaban  su estabilidad con un defensor muy poderoso y experimentado en aquella época, las Ordenes Militares.




Angeles Anaya

sábado, 10 de agosto de 2013

Miguel de Cervantes y Consuegra




Al tratar el tema de la genealogía y del nacimiento de don Miguel de Cervantes y Saavedra, se nos abren puertas por todos lados, teorías, estudios, libros, ensayos, etc., etc. Lo que es un hecho es que el apellido “López de Cervantes” aparece en decenas de documentos y nos confirma que multitud de familias se apellidaron así tanto en Consuegra, como en Madridejos, Camuñas, Urda, Alcázar de San Juan y algunos puntos más alejados de nuestra comarca.


El relatar aquí toda la relación de parentelas del apellido López de Cervantes, sería demasiado extenso. Hablaremos en cambio del que según nuestras investigaciones fue uno de los primeros personajes que ostentó el apellido Cervantes por nuestras tierras. Este fue Fray don Diego Gómez de Cervantes, Gran Prior de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, el cual extendió por toda la Mancha, y sobre todo por los pueblos y ciudades citados, el apellido Cervantes. Pero en la sucesión de este prior, el cual como vemos no se apellida López de Cervantes sino Gómez de Cervantes, hay un cambio importante, ya que sustituye el “Gómez” por el “López”. Este cambio viene debido a que impuso a sus hijos el apellido de su mujer, es decir de doña Beatriz López de Bocanegra, origen según nuestra teoría de los “López de Cervantes”, de Consuegra, Madridejos y alrededores.
Es en este momento cuando podemos incluir en nuestra historia a don Miguel de Cervantes Saavedra, ya que nuestro Diego Gómez de Cervantes, fue hermano de Juan de Cervantes nada más y nada menos que el tatarabuelo paterno del autor de la obra inmortal. Por tanto, según esta descripción, sí hay una relación familiar muy directa entre don Miguel de Cervantes y los “López de Cervantes”, consaburenses. Otra historia y harina de otro costal, sería el aseverar que don Miguel nació en Consuegra, incluso si tenemos en cuenta cierta partida de nacimiento que existía en nuestra ciudad, fechada el 1º de septiembre de 1556, en la cual Diego Abad clérigo, bautizó a Miguel, hijo de Miguel López de Cervantes y de su mujer María de Figueroa, fue su compadre Rodrigo del Álamo, y comadre su mujer Lucía Alonso, y en cuyo margen se anotó en años posteriores “el autor de los Quijotes…”, siendo esta anotación tan poco fiable que da lugar a demasiadas dudas sobre su afirmación.


Por otro lado gracias a la labor investigadora del Círculo Cultural Consaburense, hace años localizamos un documento importante sobre la genealogía de los Lopez Cervantes. Se trata de una ejecutoria de nobleza del siglo XVI concedida en 1586, a petición de Alonso López de Cervantes y de hermano Miguel López de Cervantes, curiosamente el mismo sujeto al cual se le añadió en su partida de bautismo la coletilla de “autor de los Quijotes” antes citada.

Resumiendo. Efectivamente existió en Consuegra un Miguel López de Cervantes, que nació en 1556, hermano de Alonso López de Cervantes, pero cuyos padres (para nuestro pesar) no coinciden con los del insigne autor del Quijote.

Avanzando en el tiempo también tenemos localizados a los diferentes vecinos de Consuegra que eran hidalgos entre los siglos XVI y XVII, como Diego, Alonso y Juan López de Cervantes, o Alonso, Francisco y Hernando Cervantes. Estas familias perduraron en Consuegra hasta al menos el siglo XVIII, pues en el catastro del Marqués de la Ensenada aún se relacionan varias familias con este apellido.

Además, afortunadamente aún se conservan en Consuegra, varias pruebas de la existencia de consaburenses con este apellido, como un escudo en piedra adosado a una fachada junto a la parroquia de San Juan Bautista, el cual ha querido dejarnos una huella indeleble en el tiempo, que nos recuerde la existencia de esta familia, ilustre, hidalga e importante en la historia consaburense.

José García Cano

jueves, 8 de agosto de 2013

Pura adrenalina: tesoros de Consuegra por explorar

Hace un par de meses, cuando comencé a preparar el proyecto del Instituto "Tesoros de mi localidad", contacté con la Oficina de Turismo de Consuegra, buscando colaboración. Desde el principio su buena disposición superó ampliamente mis expectativas, llegando incluso José Manuel a acompañarme en una visita por el cerro, donde descubrí nuevos tesoros, algunos de ellos desconocidos para mí hasta entonces. Aprovecho para agradecerles, tanto a él como a Javier, el material y las atenciones dispensadas. Son un verdadero tesoro.

Subimos el cerro "troncha barbecho" en dirección a la Centinela, que es como se debe subir la cuesta si se quieren ver restos interesantes, aprovechando las sendas  y las chorreras que hace el agua de lluvia. Entre el molino "Mochilas" (tiene una base de lo más interesante, desde el punto de vista arqueológico) y la Centinela (Norte) podemos observar esto (solo apto para resistentes a la "ceguera al cambio"):
Base del molino Mochilas

Muro absolutamente mimetizado con el entorno


Podría tratarse de Opus Caementicum, el hormigón romano, elaborado con cal, arena y mortero, que para darle más dureza podía contener roca volcánica. Los Consaburenses que tienen restos de acueducto en los cimientos de sus casas cuentan lo difícil que les resultó hacerlo desaparecer (de lo cual nos alegramos). Está en proceso de estudio, para determinar exactamente su cronología. Debió de formar parte de una construcción de grandes dimensiones.

Avanzando hacia el característico boquete de la Centinela, si somos observadores, nos topamos con este curioso relieve en el risco de la Cuesta.

Relieve Flor de Lis

Ubicación del relieve flor de lis en el risco situado a la derecha del boquete de la Centinela

Atravesamos la Centinela por su característico boquete y nos dirigimos al Molino " Vista Alegre", dirección Norte. En su base, al abrigo de los fuertes vientos que soplan aquí, en lo que debió haber sido utilizado como cantera desde épocas de la dominación romana, por las múltiples marcas de extracción de roca, se advierte un relieve con forma humana (aprox. 60 cm. de alto) de lo más curioso. Eso sí, se ve si el cerebro quiere verlo, porque está absolutamente disimulado con la roca:

MER Vo Caracteres  y figura antorpomorfa romana graffiteados en la roca
Es un relieve tosco, pero bien proporcionado y ejecutado. La inscripción MER, parece ser un acrónimo votivo romano posiblemente al dios Mercurio, heraldo de los Dioses, protector del comercio y los artesanos, y guardián de las almas de los difuntos hasta el más allá. Más abajo se adivina  VVo (voto/ votivo), que se utilizaba como ofrenda por haber sido concedidad alguna gracia. 
 ¿Quien fue el autor de este misterioso grabado en la roca y porqué su destino le llevó hasta  Consabura?¿Que le llevó a graffitear la roca del cerro?






Después de esta asombrosa experiencia al abrigo de los vientos del molino Vista Alegre, si continuamos nuestro camino y abandonamos a nuestro milenario compañero, rodeando el molino, encarando nuestra dirección hacia el castillo, en unas rocas aplanadas y bañadas por el sol de la mañana, si somos observadores podemos adivinar los siguientes petroglifos:







Se ve cláramente una cruz y la fecha que podría ser 1866. Sin duda abre una nueva línea de investigación acerca del posible significado u objetivo de esa talla.


Más abajo, entre el Molino Bolero y la senda que sale del antiguo depósito, en dirección noroeste, podemos ver restos de edificaciones romanas, ya prospectadas por Juan Carlos Fernández- Layos, actualmente en estudio arqueológico, que pueden dar a Consuegra hallazgos delo más interesante:



Ángeles Anaya

martes, 6 de agosto de 2013

Algunas calles con mucha historia: tesoros que han cambiado de nombre






Hay algunas calles en Consuegra que, en ocasiones, a pesar de costarme dar un rodeo, busco el pasar por ellas y disfrutar de su magia. De entre todas ellas, mi preferida es sin duda la Calle de los Muertos. Nuestros seguidores más jóvenes no sabrán a qué calle me estoy refiriendo y a los más mayores, en cambio, les costará identificarla por su nombre actual, Manuel Figueroa. Sin menospreciar a tan ilustre caballero, para mí es y siempre será la calle de Los Muertos. Siempre me intrigó el nombre que la gente utilizaba para referirse a ella, desde que era pequeña y la recorría con mi padre, le preguntaba,- tiene otro nombre en realidad, ¿porqué la llaman así, papá?, esperando ingenuamente una repuesta tranquilizadora. Él, en cambio, siempre tan pícaro, me decía: - No tengo ni idea, cuando pases por aquí otra vez, puede que te encuentres con algún muerto y se lo puedas preguntar. Después de algunos años y muchas bromas, me explicó que, hasta donde llegaban sus recuerdos, se llamaba así porque en nuestra Consuegra de antes, al final de esta calle, frente a las Carmelitas, se le decía el último responso al féretro del fallecido antes de su último viaje al cementerio, desde Santa María. En una época con peores condiciones sanitarias que ahora, debió ser una calle bastante concurrida.
Es una calle especial por muchos motivos. A su inicio, en el número 4 nació nuestro ilustre y prolífico escritor Alfonso García- Tejero, en 1818. En la otra acera, se encontraba el Palacio Prioral y las Tercias. Podemos contemplar en la calle la Tercia restos de un relieve de cruz paté de la malograda Santa María la Mayor, cuyo tipo de piedra coincide con la  del escudo de armas de Don Gonzalo de Quiroga  localizado más abajo, en la cafetería del mismo nombre, y con la del escudo de la Orden de San Juan, la cruz de las 8 beatitudes, que se encuentra en el museo arqueológico municipal:





Si seguimos caminando, dejamos a la izquierda la posible ubicación de las termas romanas, castellum aquae (que seguramente llegaban hasta la calle del trinquete) y a la derecha tenemos la Costanilla de la Blanca. En ella y en la Cuesta de los Herreros (hoy General Primo de Rivera) se ubicaban los artesanos que estaban al servicio de la parroquia de Santa María la Mayor y del Palacio. Al final de la Cuesta de los Herreros se localizaron restos romanos de gran importancia. Más allá de las termas está la calle Pozo de la Nieve y si bajamos un poco por ella y dirigimos nuestra vista a la izquierda vemos esto:

Lo que queda del ábside de Santa María la Mayor. Nada queda de sus capillas, de su altar denominado "de las indulgencias del alma", ni del Prior e Infante allí enterrados.
 Al final de la calle de los Muertos, llegando a las Carmelitas, a la derecha, el día de San Blas podemos entrar a una capilla donde se guardan las reliquias del Santo y, se dice, previenen los problemas de garganta. Es todo lo que queda de la ultrajada  Ermita del Pilar, que llegaba hasta la Cuesta de los Herreros y algunos la vieron tan antigua que decidieron derruirla para que no desentonara con la nueva Consuegra de estructuras de hormigón.



Entre la calle Los Muertos, la calle del Cristo, la calle del Hospital, la calle del Trinquete (tristemente denominada en la actualidad Plus Ultra), la calle del Carmen (también conocida como Calle Real, junto con la del Arco) y la Calle del Pozo de la Nieve, se condensan los aspectos más importantes de la historia de Consuegra: las termas romanas y parte de su Foro, el Palacio Prioral, las Tercias, Santa Maria la Mayor (que fue Templo, Mezquita e iglesia Sanjuanista) y el Hospital de San Juan. Desde este perímetro se administraba una comarca de 14 villas y seguramente, en época romana, no sería menos territorio.

Detalle de fecha de construcción en alero de casa en la antigua Calle Nalda. Gentileza de mi compañero del Círculo José García Cano

Más lugares emblemáticos que padecieron un cambio de nombre, aunque muchos de ellos aún se resisten a la nueva denominación, son la Calle la Cárcel (hoy Gumersindo Díaz- Cordovés), la calle Sartenilla (hoy Quevedo ), Calle de los Frailes o anteriormente llamada de las Monjas Bernardas (Fray Fortunato), Calle Ancha (Sertorio), Calle de los Gallegos (Hermanos Quintero), Calle El Santo (hoy Lope de Vega), Calle del Matadero (Avda. Castilla- La Mancha), Calle Lonja (hoy San Juan Bautista de la Salle), Calle Nalda (San Francisco de Asís), Plaza del Mercado de Abastos (Calle de Vicente Figueroa), Calle El Ejido (zona de pastos de ganado)Calle Canteros (hoy D. Luis Cantador),  Calle de la Casa de la Inquisición (D. Eulogio Merchán,), Calle del Arco (que fue de Los Arcos y posteriormente de García- Roco), Plaza Mayor (que lo fue también de la Constitución y ahora es de España), entre otras.


Las escalinatas que suben al molino Bolero y la calle que las da acceso, actualmente calle Avanzadilla, eran conocidas como Senda del Cuquillo, ya que allí se localizaba una casa con el mismo nombre.

A estas calles, no les pusieron esos nombres porque sí. Todas ellas guardan un sitio histórico, una anécdota, una costumbre o un acontecimiento relevante. Son parte de nuestra identidad y el recuerdo de sus antiguos nombres nos puede ayudar a encajar el enrevesado e incompleto puzzle de la historia de Consuegra.

Ángeles Anaya

lunes, 29 de julio de 2013

El abrevadero que añoraba ser canal del acueducto: tesoros reutilizados

Del acueducto romano, que venía desde la presa pasando por el camino de Santa María, encontramos restos visibles a lo largo de dicho camino (canalizaciones) y en el camino de los Arroyos,  frente al vertedero actual, por el que se cuenta bajaba siempre mucha agua, donde se dividía.  Por el sur abastecía al circo, rodeando el cerro por el camino del vertedero y el camino de Valdespino. Los Estanques, probablemente, abastecían también  al municipio y las Villaes con sus saludables y abundantes aguas. Por el norte abastecía a  la "almendra" o zona central de Consabura, donde se encontraban las termas. En el inicio de la calle Fuentecilla, al final de lo que antes se conocía por calle Ronda de la Cuesta, hoy calle Diego Rodríguez Díaz de Vivar, era visible un fragmento del acueducto, según cuentan los vecinos. Quedan muy pocos afortunados que puedan describirnos algunos de sus restos, la mayoría, en la actualidad, están destruidos. El acueducto y el abastecimiento de agua a Consabura es un puzle del que nos faltan más de la mitad de las piezas. Entre esos testigos directos de la historia se encuentra mi vecino, un agradable señor de 86 años que pasa la mayor parte de su tiempo de puertas afuera de su casa, "tomando el fresco". En una localidad con pocas pruebas arqueológicas de lo que fue, se hace vital en la investigación consultar con las fuentes primarias, los que sí lo vieron cuando aún permanecía visible.


Angeles Anaya


En el barrio de la Ronda de los Molinos, el nombre de algunas calles nos evocan el agua: calle acueducto, fuentecilla, las aguas, etc., y siguiendo el GPS de las palabras de mi vecino, hemos logrado fotografiar algunos restos, camuflados completamente con su entorno y sobre todo, reutilizados, porque, en Consuegra se aprovecha todo.




Angeles Anaya
Así, la primera parada la hacemos en la intersección Ronda de los Molinos con calle Diego Rodríguez,a la derecha tomando la propia dirección del acueducto, donde los restos, ya desaparecidos, estaban pegados a la propia roca del cerro. De ahí, por la calle Ronda de los Molinos, la canalización  pasaba a su lado izquierdo y bajaba hasta el inicio de la calle Cid Campeador. Desde el final de Ronda de los Molinos y el inicio de Cid Campeador, en diversas viviendas, se pueden apreciar algunos restos.
Angeles Anaya

Angeles Anaya

En una joya de establo, que permanece intacto tal cual se construyó hace un siglo, podemos contemplar un abrevadero que, en otro tiempo cuentan los vecinos, pudo ser conducción de agua o depósito del acueducto "de los romanos". A simple vista es difícil de confirmar, más siendo profano en la materia, está un poco jalbegado y con muchos cachivaches encima. Se puede apreciar que el material de construcción tiene un color rojizo intenso (¿opus signinum o simplemente ladrillo?),dejaremos a los expertos su estudio y verificación.



Angeles Anaya
De ahí pasaba a la calle Centinela, en la que, según mi apreciado vecino, cuando era pequeño, aún se podían ver espaldones de construcción, que apoyaban sobre el risco. De aquellos supuestos canales, hoy podemos contemplar esto:


Angeles Anaya

Angeles Anaya
Y de ahí, asegura que atravesaba la calle Las Peñas, pasando por El Cristo, hasta la Tercia, según él.

Mi vecino se crió por el barrio del circo romano. Relata que, sentado en el "banco de la paciencia"  del convento de las Carmelitas, el la Puerta de Madridejos, fantaseaba  imaginando las dimensiones y perímetro del circo,  basándose en los restos entre los que jugaba cuando era muy pequeño. Hoy sabemos que las dimensiones del Circo eran 380 por 80 metros, lo que nos da idea de que Consabura tenía que albergar una cantidad de población importante


Restos de la antigua muralla Medieval de Consuegra, que rodeaba "la almendra" por las calles Fray Fortunato, General Primo de Rivera (antigua Cuesta de los Herreros), Puerta Madridejos (en donde, como su nombre indica, la muralla albergaba una puerta) , Ermita del Cristo (construida sobre la muralla), Sertorio (resto mostrado situado en calle Ciprés) y Vega del Río Amarguillo, donde se encontraba el arco que daba acceso a la ciudad,  para unirse con Fray Fortunato. El Kardo romano lo formaban las calles del Arco y del Carmen.
Angeles Anaya
Angeles Anaya

miércoles, 24 de julio de 2013

Y los romanos trajeron el agua a Consabura: tesoros que se mantienen a duras penas


Tras la romanización (situemos nuestra localidad en el 73 d.c.), Consabura pasó de ser un oppidum carpetano fortificado repleto de cabañas de de adobe, piedra y paja situado en el cerro a un municipio romano situado en el llano de calles rectas y pavimentadas, amurallado, dotado de un foro o plaza pública y seguramente con ínsulas (manzanas de viviendas) y domus. En el foro se encontraría la basílica (centro judicial y comercial) y templos en diversos lugares de la ciudad, seguramente posteriormente aprovechados para edificar iglesias en su lugar. Consabura también contaba con un circo, puentes que cruzaban el Amarguillo, talleres, canteras de extracción de roca, posiblemente un teatro  y un elemento urbanístico que debió parecerles a los nativos de estas tierras de lo más curioso y colosal: termas o baños públicos. Eran los centros de reunión social de los ciudadanos, en un ambiente relajante que combinaba salas calientes tipo sauna (caldarium)  con baños de agua fría  (frigidarium), amenizado con masajes y ejercicios. Todo esto fue posible porque los romanos trajeron el agua a Consabura y con ella, el bienestar
El Amarguillo, que divide nuestra localidad  en dos partes, el Norte y el sur y actualmente en dos parroquias (San Juan y Sta. María), proporcionó a los primeros pobladores de estas tierras (siglo VI a.c.) agua potable, pesca e irrigación de sus cosechas y pastos. Hasta la llegada de la tecnología romana, tuvo que ser duro acarrear agua para satisfacer las necesidades básicas. El agua ha sido la principal causa de la civilización y su necesidad de control, la consecuencia. Los romanos disponían de un complejo sistema de trasvase de agua de altos manantiales, que se encontraban a kilómetros de distancia de nuestra localidad, para distribuirla allí donde era necesaria: el acueducto . Tenían la saludable costumbre de tomar el agua para beber del cauce alto de ríos y manatiales y utilizar el caudal de los ríos como cloaca. El agua recorría canales, algunos subterráneos, otros paralelos a los caminos, y para cruzar valles se erigían los característicos arcos que los sostenían. El que contemos con obras de tal envergadura da cuenta de la cantidad de población que podría tener nuestro municipio. En la ciudad, el agua se acumulaba en cisternas (castellum aquae) y de ahí se distribuía por toda Consabura mediante conducciones de agua. Se necesitaba una gran cantidad de agua para llenar los baños públicos,abastecer a los ciudadanos, para el circo, las fuentes y para suministrar a las villas encargadas de explotar los campos. También era necesaria para eliminar desechos y las aguas residuales, a través de las cloacas. Tras los romanos, en Consuegra no se volvería a tener ese control del agua y los desechos hasta el siglo XX, incluso en el siglo XIX aún utilizábamos sus puentes .
Una nueva línea de investigación desarrollada por los investigadores del proyecto Consabura (Diego Rodríguez, Juan Francisco Palencia y Rafael Caballero) plantea la hipótesis de que el cerro mantuvo un importante núcleo e población incluso hasta épocas tardorromanas, como así lo atestigua el material cerámico encontrado durante las labores arqueológicas del verano de 2014, datado entre los siglos IV y VI dc.  
Cabe preguntarse también por esa estructura hidráulica descubierta a raíz de los sondeos I y II del mencionado proyecto arquelógico. Sobre un sustrato indígena (s II y III ac) se levanta una enorme estructura hidráulica (opus caementicium/signinum), no sabemos si de uso público o privado, industrial o particular. Podría formar parte de una Almazara, confirmándose se uso industrial o de un depósito de agua potable, dato  que nos conduciría a plantear  un núcleo de población importante en el cerro. También nos preguntamos si está vinculada con otra estructura semejante ubicada cerca del castillo y comúnmente conocida como baño de la mora. 
A la luz de los restos cerámicos encontrados, la ocupación del cerro pudo prolongarse hasta épocas de ocupación visigoda (s VI- VII dc). Y por la ausencia de cerámicas islámicas, se descarta la ocupación de la zona norte del cerro durante la dominación musulmana (a excepción de restos cerámicos que formaban parte del tapial del albacar, de construcción almorávide reforzado en su cara norte por la Centinela de piedra)




Datos sobre el acueducto de Consabura

El acueducto tenía su origen en Fuente Aceda, también llamada Fuente del Moro, en las estribaciones de los Montes de Toledo. En su camino de 13 kilómetros desde Urda, a 6 km antes de la presa de Consabura, el agua iba perdiendo unos 7m de su altura (gradiente de 0,05%).
Con unos  23 km de longitud, la mayor parte del acueducto era subterráneo. En 1981, sólo siete de los 40 arcos originales aún estaban en pie y en parte integrados en el hormigón de la granja 'Los Peleches'. Algunos arcos estaban rellenados de mampostería.
Poco se sabe de la distribución del agua en el interior Consabura con sus entre 5.000 y 15.000 habitantes 
Al sur de la ciudad se encontraron los restos de las termas romanas, de grandes dimensiones, posiblemente alimentadas por el agua del acueducto.


Complementando al Acueducto de Consabura como estructura hidráulica, pero independiente de él, encontramos unos de nuestros tesoros arqueológicos más valiosos y a la vez, más maltratados: La Presa Romana

La presa de Consabura, en el valle del río Amarguillo a unos 6 kilómetros al este de la localidad de Urda, era parte de un sistema de embalsado de agua empleado para garantizar el abastecimiento de agua de las vastas extensiones de cultivo existentes en los alrededores de dicha estructura 


Muy posiblemente construida en dos fases, como así da fe su característico "retranqueo" y el recién limpiado "caput aquae" , que marcarían la frontera entre ambos períodos. Posiblemente el diseño inicial de la presa se tuvo que ampliar por exceso de sedimentación para seguir acumulando el mismo o mayor volumen de agua . No obstante, y a pesar de ser una hipótesis, es un punto de partida para intentar esclarecer las numerosas incógnitas que rodean a la presa romana más larga jamás construida en Europa y el norte de África

acueducto





presa

La presa original, declarada monumento histórico-artístico en 1981, estaba compuesta de una pared con un núcleo de hormigón y revestimiento de mampostería (opus incertum) de unos 1,25 - 1,35 m de espesor, 4,8 m de altura y más de 630 m de longitud. La mayor del Imperio Romano de Occidente y una de las más altas conocidas. En la antigüedad, este depósito podría contener hasta 360.000 m3 de agua. El río Amarguillo, afluente del Cigüela, se había llevado los primeros 50 m en el extremo norte de la presa.Toda la estructura fue posiblemente reforzado con un terraplén de tierra de la que no quedan restos.
Ángeles Anaya

viernes, 19 de julio de 2013

Tesoros que merecen reconocimiento: Santiago Moraleda Roncero.

Genial acuarelista, entusiasta de la cultura de Consuegra, mejor persona. Colaborador del Círculo y habitual en nuestras tertulias. Gran observador de detalles y costumbres, por lo que sus aportaciones a nuestras investigaciones eran tremendamente valiosas.
Se nos van las personas que mejor conocían Consuegra antes de su transformación a golpe de hormigón y  acero. Artista reconocido y galardonado con numerosos premios a nivel internacional, va siendo hora que sus paisanos y amigos del Círculo Cultural le honren como merece.
Angeles Anaya

CRÓNICA DE UNA DERROTA CRISTIANA 19 DE JULIO DE 1195 BATALLA DE ALARCOS

El ejército de Alfonso VIII es aplastado en Alarcos (Calatrava) por los Almohades venidos del norte de África, que acudieron en auxilio de los andalusíes hispanos.

Como consecuencia, los almohades se adueñaron de las tierras entonces controladas por la Orden de Calatrava y llegaron hasta las proximidades de Toledo, donde se refugiaron los combatientes cristianos que habían sobrevivido a la batalla. Desestabilizó al Reino de Castilla  durante años. Todas las fortalezas de la región cayeron en manos almohades.

Alfonso VIII se resarció en la Batalla de las Navas de Tolosa, el 16 de julio de 1212. Victoria decisiva que sentenció el rumbo del dominio de la Península Ibérica a favor de los ejércitos cristianos y propició la repoblación en la zona centro de la Península Ibérica, gracias a la cual, por ejemplo, las mujeres de estas tierras no estan obligadas a cubrir su cabeza con un velo.



Angeles Anaya

jueves, 18 de julio de 2013

El Escudo de Armas del impulsor del Sacro y Militar Convento de Santa María del Monte



¿Encontráis coincidencias entre estas tres imágenes?

La primera es la cruz del Palacio Prioral o Casa de la Tercia,  que tras muchas vueltas dar y varias fuentes consultar es un escudo de armas, aunque despista un poco el hecho que la cruz que separa los blasones está muy marcada, quizá queriendo resaltar que el dueño ha dedicado su vida a servir a Dios y su Iglesia.

El segundo grabado, de 1769, es de nuestro archiconocido Domingo Aguirre que nos confirma que es un escudo de armas (primero de la izquierda) y lo dibuja junto a otro con una cruz griega de San Juan Bautista grabada (posiblemente blasón de Philiberto de Saboya), seguido de la versión simplificada del escudo de armas de Don Juan José de Austria (emblema de la casa Habsburgo) y finalmente el perteneciente a los Álvarez de Toledo. En su descripción del Priorato, nos cuenta como en 1540 el Prior Don Gonzalo de Quiroga reedificó el Sacro y Militar Convento de Santa María del Monte, en los Morrones, enterrandose en él. De hecho, los escudos que pintó Aguirre comparten espacio en su manuscrito con una estela de origen romano que se encontraba entonces en la entrada al convento, pero no especifica claramente donde estaban ubicados.

Volviendo a nuestro escudo en piedra, el árbol podría ser un roble, que en vasco se dice Areitz o Areis (Arias), el apellido del primer Prior de la Orden de  San Juan que recibió el Castillo de Consuegra de manos de Alfonso VIII.  En heraldica, el roble simboliza fortaleza. Pero el escudo contiene otro blasón, cinco estacas o palos, emblema de los Quiroga, que descienden de los Valcárcel, estirpe de orígen Gallego muy vínculada a la Orden de San Juan, a la cual aportó varios Priores.El apellido Quiroga, proviene del vocablo gallego Queiruga, que derivó en Carvallo, que significa Roble. Los palos son cinco estacas de madera rematadas con una punta de plata. La tradición habla que un poderoso caballero de este linaje defendió en el 715 la entrada de los musulmanes a Galicia por el valle de Quiroga con estacas calzadas con hierros en sus puntas. En la actualidad, los palos se impusieron al roble, pero hay constancia que durante muchas generaciones convivieron ambos blasones, como se muestra en nuestra tercera imagen, un escudo con motivos muy parecidos a los nuestros encontrado en Baamorto de Moforte de Lemos, en Lugo.

Es el escudo de armas de D. Gonzalo de Quiroga, podría haberse traído de Santa María del Monte en una fecha posterior a 1769 o Don Gonzalo podría haberlo colocado en otros puntos de Consuegra: el Hospital, edificado por él o Sta. María la Mayor, con la que comparte el tipo de piedra empleado en su construcción.

Angeles Anaya