lunes, 30 de diciembre de 2013

Con certeza los mas bellos. Disfrutando del pleno invierno en el Molino Rucio



El 21 de diciembre tuvimos la suerte de contemplar la primera puesta de sol del solsticio de invierno desde el molino Rucio. A pesar de su nombre, que se empleaba para designar algo sucio y de color no definido, pues era el término que utilizaba Sancho Panza para llamar a su asno, es un lugar luminoso y acogedor, donde Jesús Anaya ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Por ser uno de los cuatro molinos que aún conservan su maquinaria, junto al Bolero, Espartero y el Sancho (el que posee la de más antigüedad), podemos utilizarlo de excusa para conocer el funcionamiento de estos gigantes y de paso, degustar productos de la tierra de gran calidad

Los Molinos de Viento surgieron en la Mancha para aprovechar la fuerza del viento como energía para  moler el trigo y producir harina. Ciertamente, los molinos de viento sobre el cerro son algo relativamente novedoso en Consuegra. El primero en autorizarse en el cerro que tengamos constancia,  fue alrededor de 1836, a petición de un vecino de Herencia, con el consiguiente derecho a senda para acceder a él. En 1847 Consuegra contaba con 10 molinos de viento, en su mayoría en el cerro, momento en el que comenzó a forjarse el skyline más representativo de La Mancha, el castillo y los molinos de Consuegra sobre el cerro de la Cuesta. En cualquier caso, lo cierto es que, tradicionalmente, en Consuegra siempre ha existido una importante industria harinera.

El proceso de transformación del trigo en harina en uno de nuestros Molinos de Viento sería el siguiente:

Se comprueba la dirección por la que sopla el viento con más fuerza abriendo los ocho ventanucos que hay en la planta superior. Cada ventanuco toma el nombre del viento que sopla a través de él y éste, a su vez, era nombrado por el accidente geográfico (pico o monte) o el lugar del que procedía. Así, los vientos se nombran de manera distinta según las localidades. En Consuegra,los ocho ventanucos se llaman Cierzo, Toledano, Ábrego, Ábrego Hondo, Solano, Matacabras, Levante y Villacañas.

Desde el exterior, el molinero orientaba las aspas frente a  la dirección del viento girando toda la cúpula, con la ayuda del Borriquillo, los Hitos de Amarre y el Palo de Gobierno. Se encalla el borriquillo en uno de los hitos de amarre más próximo el palo de gobierno para arrastrarlo en la dirección deseada y hacer girar con ello toda la techumbre por un raíl de giro que se puede apreciar en el interior del molino.












Se procede a cubrir las aspas  con unas lonas
El Molino ya está preparado para trabajar. Las aspas comienzan a girar por la fuerza del viento y este movimiento es transmitido a una rueda dentada que hay en el interior del molino, la Rueda Catalina, a través del eje.
La Rueda Catalina, a su vez, hace girar a otra más pequeña, también dentada, la Linterna, siendo ésta última la que mueve la piedra de molino o muela que machacará el trigo. El Molino posee dos piedras, la superior, que se mueve, llamada Volandera y la inferior, que está fija, llamada Solera.
 

El grano depositado en la Tolva va cayendo entre las dos muelas y se va triturando. Ya transformado en harina, caía por un canal hasta el piso bajo del molino donde era recogida en sacos.
Proceso simple pero ingenioso, aunque muy costoso  y no exento de peligros. De 1844 data un documento que nos informa del escaso rendimiento de los mismos, los riesgos que acarreaba, puesto que la techumbre estaba hecha de pajones fácilmente inflamables o desmontables por el viento,  y el enorme esfuerzo que suponía para los molineros ascender por la cuestas a través de empinadas sendas. Es por ello que se abandonaron y su construcción comenzó a deteriorarse. Todos menos uno, el actual Molino Chispas, comúnmente conocido como Molino del Tío Jesús, en uso hasta 1955. 
Si nos fijamos, podemos ver la fecha de construcción del Rucio. 1837
Tras esta ración de historia y etnografía, nada como disfrutar de un chocolate caliente o un buen vino manchego en la entreplanta del molino Rucio, contemplando el horizonte que parece no acabarse nunca bajo el cielo de invierno.
                                                                                                       Ángeles Anaya

1 comentario:

  1. Doy fé de que se está de maravilla tomando un vinito y un queso excelente en el Molino Rucio.

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