viernes, 31 de julio de 2015

Crónica franciscana de 1825: 44000 reales por la vida de un prior de San Juan

La vidriera representa los "Mártires del Japón" franciscanos todos ellos, algunos salidos del convento de Consuegra, con Fray Pedro Bautista como comisario Franciscano y Embajador de España. Todos ellos murieron crucificados, por eso la cruces de la vidriera. Aclaración de Fernando de la Cruz
Imágenes de la Capilla de la Iglesia de los
Padres Franciscanos de Consuegra































El suceso que os vamos a contar hoy, ávidos seguidores de la historia de Consuegra, tiene que ver con la Orden de San Juan, con frías losas de piedra arropadas por un hospital, con un convento que cambió de sitio, con un monte que guardaba un tesoro y con un hombre poderoso cuya vida no valió mas que 44.000 reales. 

Empezaremos nuestra historia desgranando una a una las claves aportadas anteriormente. 


Durante siglos, ha existido en Consuegra un convento que acostumbraba a cambiar de sitio por causas diversas. Nos referimos al convento de la comunidad franciscana de Consuegra, que se instaló en esta villa por primera vez en la segunda mitad del siglo XVI, siendo Gran Prior Don Fernando Álvarez de Toledo. En esta fecha  se inauguró el primitivo monasterio en el camino de Urda, del que actualmente no quedan restos. Este primitivo convento se decidió abandonar por ser poco saludable. Los frailes sucumbían inexplicablemente a la enfermedad y la muerte y achacaron a la ubicación  del convento, cercana al río Amarguillo, esta circunstancia. Es curioso que en la antigüedad se pensaba que la enfermedad se transmitía por el mal olor y posiblemente evitando los olores del río buscaron un entorno con un aire más fresco. Así permanecieron un tiempo dentro de las murallas de la ciudad, en una vivienda donada por un vecino ubicada cerca de la ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz, hasta que se terminó la construcción de un nuevo convento al final de la calle Santas Justa y Rufina. De aquella época son las curiosas crónicas demoníacas de fray Jorge de la Calzada, siempre aderezadas de tormentas y tempestades que han formado parte de la tragedia consaburense desde la noche de los tiempos. Pero esa píldora la dejaremos para otro post. 

    Finalmente, en 1579, se inaugura el Monasterio de San Pedro de la Vega, al que con el tiempo se le adosó la fábrica de sayales, que permaneció en dicho emplazamiento más allá de la ocupación del convento. De lo poco que queda del monasterio de San Pedro de la Vega, cabe destacar esta lápida de 1665, que se puede ver en un descanso de la escalera que da acceso al museo municipal. Sin duda necesita que se la reubique en un lugar más acorde con su valor y mejorar notablemente su estado de conservación.
Lápida de 1665 del Monasterio Franciscano de San Pedro de la Vega

 En 1723, de nuevo, se inauguró otro nuevo convento franciscano, el cual también cambió su anterior nombre por el de Convento de San Antonio de Padua, donde actualmente se encuentra la iglesia de Santa María La Mayor. En el siglo XVIII se describe este convento como uno de los mejores de la provincia franciscana. Pese a todo, en el próspero Convento de San Antonio de Padua, los padres franciscanos padecieron la devastación de las tropas napoleónicas al entrar en nuestra localidad y allí dieron consuelo a los enfermos y extrema unción a los cadáveres que se amontonaban en las calles tras esa trágica madrugada.




En 1694,  los franciscanos consaburenses comenzaron a redactar unas memorias. Ese valioso documento digitalizado, llamado Protocolo Franciscano, fue generosamente cedido al Círculo Histórico Cultural Consaburense por el Archivero del convento de San Juan de los Reyes, nuestro querido y recordado padre Antolín Abad, gracias a la labor investigadora de Elías Anaya Verbo. En este protocolo se describían aspectos administrativos y del día a día de la comunidad franciscana, saltándose esta costumbre en contadas ocasiones. Una de ellas fue en 1809 y lo hicieron para describir con todo lujo de detalles la entrada de las tropas napoleónicas en Consuegra, con todos los desmanes y destrozos que ocasionaron. Otro acontecimiento que tuvo que llamarles poderosamente la atención como para reflejarlo en su protocolo ocurrió en una gélida mañana de enero del año 1825, para describir un suceso trágico e inesperado que les llenó de consternación.


Esta comunidad religiosa ocupó el convento de San Antonio hasta el expolio que supuso la desamortización de Mendizábal, en 1837. En esta fecha y debido a una nueva legislación, las órdenes religiosas perdieron sus bienes y los padres franciscanos se vieron afectados por esta situación.  Pero en 1868, gracias a la intervención del Ayuntamiento de Consuegra, que poseía el antiguo convento abandonado por las monjas Bernardas Recoletasel noviciado de la Misión Franciscana de Filipinas  pudo mudarse a un nuevo y definitivo lugar cedido por el consistorio, en la conocida por aquel entonces como Calle de las Monjas y actualmente como Calle de los Frailes o Calle de Fray Fortunato.
Vista de la fachada principal del convento franciscano de 1972. Imagen Jaime García Condado













El primitivo convento  de las monjas Bernardas databa de 1611 y las religiosas estaban sometida a la jurisdicción del gran prior. Es por ello que las reverendas colaboraban con el Hospital de la Vera Cruz de la Orden de San Juan, reubicado  en 1809 del edificio original situado en la calle del Hospital  tras su devastación por las trapas napoleónicas. Dicho convento también contaba con una iglesia cuya advocación no podía ser más sanjuanista y más consaburense: la Vera Cruz.






Interior del patio de la Casa Prioral de los Freires de
Santa María del Monte.
Imagen 1972 Jaime García Condado
En este punto enlazamos con otra clave importante de la historia, la Orden de San Juan de Jerusalén en Consuegra y su Hospital o Casa de Enfermería y Hospedería. En la fecha del suceso que vamos a relatar y gracias al relato que de él se hace en el protocolo franciscano sabemos que estaba reubicado en la calle de los Frailes o Fray Fortunato, junto a la Casa Prioral de los Freires de Santa María del Monte y el Convento de las Monjas Bernardas. 
Convento Sta María del Monte.
Grabado de Domingo Aguirre 1769
El Convento de Sta. María del Monte en los Morrones era una casa de retiro, oración, entrenamiento y formación de capellanes de la orden. Legó a ser el único monasterio de entrenamiento y formación que poseía la orden en la península ibérica. Era un edificio muy antiguo cuyos inicios se situaban originalmente en el año 1252. Su gran impulsor, no obstante, fue el prior Gonzalo de Quiroga y Valcárcel, que lo reedificó en el 1540 y fundó también el primitivo hospital en Consuegra, a la vez que estableció los estatutos de la cofradía de la Caridad para su gestión

Escudo de armas de Gonzalo de Quiroga.
Patio casa de la Tercia

El convento contaba con propiedades propias y separadas de las del Gran Prior que vivía en el Palacio de los Grandes Priores de Consuegra. Los freires acudían a la villa de Consuegra a oír misa a la capilla del hospital y se hospedaban en una Casa Solariega que poseían en a calle de los Frailes, conocida como la Casa del Prior de Santa María del Monte. El prior- párroco de este convento era elegido en capítulo por los otros freires y por el Gran Prior de Consuegra. En 1787, según Jiménez de Gregorio, este convento contaba con 92 conventuales (los conventos de monjas y de franciscanos contaban con alrededor de 20 conventuales cada uno aproximadamente), en una villa que contaba con 25 hidalgos y en las que dos tercios de la población activa eran jornaleros, pastores,  labradores o artesanos, de una población total aproximada de 6000 habitantes. La Orden era poderosa y dirigía los destinos de los vecinos de Consuegra.


Detalle de la Cruz Tau de San Francisco de Asís
Convento de Consuegra
Situado ya el contexto histórico y social de nuestro relato pasaremos a desarrollar algunas claves que  aún quedan por desvelar.

En los primeros días del año de nuestro Señor de 1825, siendo padre guardián Fray Cristóbal de Miguelturra, el  Protocolo Franciscano del Convento de Consuegra se hizo eco de una noticia que conmocionó a los vecinos de la  villa de Consuegra. 


Mientras los consaburenses engalanaban sus humildes casas y llenaban sus despensas preparándose para la nochevieja o víspera de fin de año, la orden de San Juan, que llevaba dirigiendo desde el Castillo de Consuegra una vasta comarca durante más de 600 años, iba a recibir un duro golpe. 


Las frías losas de piedra del patio del hospital  de la Casa del Prior, situado en la calle de los Frailes, amanecieron la  mañana del 31 de diciembre de 1824 cubiertas por el cuerpo sin vida del Prior-párroco del convento de Santa María del Monte , Fray Juan Vicente Gallego, natural de Ossa de Montiel. 

Todo apuntaba a que había sido asesinado alrededor de las 12 y media de la noche del día anterior.
Su cuerpo fue hallado por  uno de sus criados. Rápidamente se percataron de que también habían desaparecido 44000 reales de plata. A la luz de los hechos, el motivo del homicidio parecía obvio: el robo del dinero. Tan solo quedaba localizar vecinos, criados o allegados del prior que hubiesen tenido oportunidad de cometer los hechos, con la intención de hallar al culpable.

Con apenas veinticuatro horas transcurridas, la mañana del 1 de enero de 1825 fue capturado el presunto homicida, criado también de la casa, Casimiro, natural y vecino de esta villa. A las pocas horas de su entrada en prisión confesó ser el autor del asesinato de tan importante dignatario. Declaró que lo había matado con la intención de robarle y posteriormente bajó su cuerpo al patio, donde lo abandonó. Confesó también que una gran parte del dinero robado, 44000 reales de plata, había sido escondido enterrándolo en diversos lugares de este pueblo. Unos meses más tarde, en julio del mismo año, encontrándose Casimiro aún en prisión, logró escapar de la cárcel, pero con poca fortuna, pues fue cogido por los realistas en el monte La Guillema, de Consuegra.


Mientras Casimiro se hallaba en prisión, Don Alfonso Gallego, presbitero de la orden de San Juan y hermano del prior difunto, no omitió diligencia alguna para que se castigase duramente el homicidio. En aquella época la sentencia habitual para un culpable de homicidio era la muerte por garrote. Pero Alfonso Gallego se marchó a la Audiencia de Granada, donde permaneció hasta que aquella sala dio la sentencia definitiva de pena de muerte por horca. La ejecución, a la que incluso asistieron representantes de la mencionada audiencia,  tuvo lugar el cinco de noviembre de 1825. Como castigo ejemplar, la cabeza del sentenciado estuvo expuesta en el camino del oeste que va hacia Mora y la mano derecha, en el camino que va hacia Madridejos, a poca distancia de la fábrica de sayales de las calles Santas Justa y Rufina. Allí permanecieron los restos de reo hasta el mes de mayo de 1826, momento en el que se le dió sepultura eclesiástica.

Unos años antes, en 1820, se instaló en Consuegra la audiencia territorial y trajo consigo la ejecución de varias sentencias de muerte de ajusticiados procedentes de pueblos de la comarca en esta villa. Tiempos duros los de entonces, crueles e incívicos. La población consaburense en general y los padres franciscanos en particular condenaron duramente el asesinato del prior, pero sin duda debieron quedarse aturdidos por el castigo desproporcionado que sufrió el condenado. Castigo que en cierto modo ellos también recibieron al tener que contemplar con pavor los restos del condenado cada vez que tenían que atravesar dos de los caminos más transitados en aquella época. Especialmente por la noche. Llegamos al final de nuestra historia y seguramente os preguntaréis por el monte que guardaba un tesoro. La respuesta, estimados paisanos, ávidos seguidores de la historia de Consuegra, lo dejaremos para otro artículo.



Angeles Anaya García- Tapetado
Investigadora y divulgadora de la historia de Consuegra









domingo, 14 de junio de 2015

El Quijote de Cervantes o los curiosos efectos de una lucha de priores en Consuegra

Escudo de los Álvarez de Toeldo y territorios del Priorato de San Juan en Consuegra
Todo empezó con un desencuentro, que se complicó en un pleito y finalmente terminó con asedio del Castillo de Consuegra en el campo de San Juan.

En en la primera década del s. XVI era un hecho que la villa de Consuegra poco a poco cedía ante el ascenso de otros lugares del priorato, como Alcázar.  El Cardenal Jiménez de Cisneros  nos cuenta como Don Diego de Toledo, tercer hijo del Duque de Alba reclamó   el priorato de San Juan en Castilla y León, con cabeza en Consuegra, para sí. El prior por aquel entonces era Don Antonio Zúñiga, hermano del Duque de Béjar. Empezaron los pleitos y las disputas por los derechos al priorato de san Juan. La casa de Alba presionó ante el Gran Maestre de Rodas, el cual destituyó a Don Antonio Zúñiga en favor de Don Diego Álvarez de Toledo. La mecha estaba encendida y Don Antonio con el apoyo del poderoso Duque de Béjar asedió el Castillo de Consuegra, en el que se encontraba el recién nombrado prior Diego Álvarez de Toledo. Las crónicas, algo exageradas, hablan de 5000 soldados a pie y 1000 a caballo pertrechados en los alrededores de Consuegra. Fue el último conato de batalla que padeció nuestro castillo hasta la llegada de las tropas napoleónicas. 

Para evitar desórdenes mayores, en 1517 el emperador Carlos V tomó cartas en el asunto y resolvió el conflicto dividiendo el territorio de los hospitalarios en la Mancha. Concedó a don Diego los términos de Alcázar (que por aquel entonces se llamaba Alcázar de Consuegra y desde esa fecha pasó a llamarse Alcázar de san Juan), Argamasilla, Quero y Villafranca, con el título de priorato de León y cabeza en Álcazar
El resto de villas, Arenas, Madridejos, Camuñas, Urda, Turleque, Tembleque, Villacañas, Herencia y Villaharta, con sede en Consuegra, se las concede a don Antonio de Zúñiga, de la casa de Béjar, con el título de priorato de Castilla. Existían pues dos priores, dos cabezas de priorato, pero un único archivo, que seguía estando en Consuegra.



Esta división se hizo solamente  mientras viviera don Diego Álvarez de Toledo. Pero de hecho el priorato permaneció dividido unos años más, tras la muerte de los dos causantes del cisma sanjuanista. 

Los grandes priores que les sucedieron   pertenecían ambos a la casa de Alba.  Don Fernando álvarez de Toledo, hermano de don Diego, y don Antonio Álvarez de Toledo, su primo hermano y cuñado.  Efectivamente, en este punto la historia se mezcla con el Convento Carmelita de Consuegra, puesto que fue don Fernando su fundador. Dato curioso en este año teresiano.  Rodas cayó en 1522 y en 1530 se inicia Malta como sede del Gran Maestre. Don Fernando sobrevivió a Don Antonio y en su persona volvió nuevamente a unificarse el priorato de san Juan de Jersusalén en Castilla y León en el año 1566. único archivo y única cabeza, en Consuegra, aunque desde la división todos los priores de san Juan estaban obligados  a tomar posesión de su cargo en Consuegra y en Alcázar de San Juan, que funcionaban ambas como capitales  del priorato.

El personaje que nos ocupa  en relación a don Miguel de Cervantes es otro, don Antonio Álvarez de Toledo,  

 La relación que don Antonio de Toledo, gran prior de la
orden de San Juan en el priorato de esta orden militar en León, al que pertenecía
el de la Mancha,  y el también caballero de dicha orden militar, don Francisco de Valencia, tuvieron con Miguel de Cervantes es que ambos fueron compañeros de presidio del autor
de don Quijote en las cárceles argelinas y le ayudaron en su segundo intento de fuga, hecho que ocurrió en el año 1577.

Pudo ser esta amistad, entre otras muchas causas, la que influyera para que
Cervantes escogiera como patria de la mayoría de las aventuras del Caballero
de la Triste Figura, la Mancha, es decir, el priorato de san Juan. La opinión que le merecía a Cervantes, no solo el entonces gran prior de la orden hospitalaria, sino su amigo y compañero don Francisco de Valencia, era de gran estima. En la novela del Quijote, don Miguel de Cervantes da buena cuenta del profundo respeto que tenía a los hospitalarios y su veneración hacia dicha institución. De igual manera ocurre en la comedia El trato de Argel.

En dicha obra, por medio del actor que hace el papel de rey, dedica versos
elogiosos a los caballeros que compartieron cautiverio con él y tan generosamente le habían ayudado.


De ira y de dolor hablar no puedo;
y es la ocasión de mi pesar insano
el ver que don Antonio de Toledo
ansí se me ha escapado de la mano.
Los arraces, sus amos, con el miedo
que yo no les tomase su cristiano,
a Tetuán con priesa le enviaron,
y en cinco mil ducados le tallaron.
¿Un tan ilustre y rico caballero
por tan vil precio distes, vil canalla?
¿Tanto os acudiciastes al dinero,
tan grande os pareció que era la talla
que le añadistes otro compañero,
el cual solo pudiera bien pagalla?
¿Francisco de Valencia no podía
pagar solo por sí mayor cuantía? [ ... ]
Conocieron el tiempo y coyuntura,
y huyeron de no verse en mi presencia:
que si yo a don Antonio aquí hallara,
cincuenta mil ducados me pagara.
Es hermano de un conde y es sobrino
de una principalísima duquesa,
y en perderse, perdió en este camino
ser coronel en una ilustre empresa.
Airado el cielo se mostró y begnino
en hacerle cautivo y darse priesa
a darle libertad por tal rodeo,
que no pudo pedir más el deseo ... 


Hay personas que son capaces de sacar lo bueno de toda clase de situaciones, incluso las más adversas, como puede ser un cautiverio. Una de esas personas sin duda fue don Miguel de Cervantes.
La persona que quizá hizo posible que Cervantes fuera cobrador de impuestos en La Mancha, compartió con él en aquella fría cárcel de Argel, confidencias y numerosas conversaciones. Pudieron hablar  de  los desvelos de don Antonio en el
priorato de san Juan. Pudó quizá hablarle de los planes para seguir construyendo molinos
de agua en la ribera del Guadiana para que los de viento de la orden de Santiago,
situados en Campo de Criptana, no atrajeran a moler a tantos vecinos del
priorato.  Quizá le describiera a los soberbios licenciados u hombres de letras o le hablara de los pleitos de los aspirantes a hidalgos que carecían de ejecutoria probada.
Lo cierto es que Cervantes cuando se pone a escribir su Don Quijote sabía
mucho de la Mancha y del priorato de San Juan, y conocía bien, no solo el
paisaje, sino sus pueblos, gentes, cuentos, dichos y sucesos.

La segunda parte de este post está basado en el artículo "D. Antonio de Toledo, Gran Prior de San Juan, y D. Francisco de Valencia, Caballero de la misma Orden, valedores la liberación de Cervantes del cautiverio de Argel" de la Archivera del Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, Dña. Pilar Serrano de Merchén
La mejor forma de despedirlo es recogiendo literalmente las palabras de la autora:

Hemos querido resaltar la relación de Cervantes con
uno de los dignatarios de la orden de san Juan en España, el cual era, no solo
personaje influyente en la corte de Felipe II, sino gran prior de un territorio
ancho y llano, lleno de peculiaridades, de pueblos singulares, los cuales,
durante siglos, se han enorgullecido de haber servido de escenario, incluso
de haber tenido entre sus vecinos, al prototipo de uno de los personajes más
peculiares de la literatura universal.

Angeles Anaya






Consuegra, Ciudad desde 1927

Dejamos esta píldora histórico- cultural que nos regala Elias Anaya, nuestro presidente. Alfonso XIII nos devolvió en 1927 el titulo de Ciudad. Título que, curiosamente, otro Alfonso, el VI conocido como El Bravo, nos negó, con muy mal perder, por no haber podido mantener Consuegra tras su mítica conquista del reino taifa de Toledo. 




jueves, 14 de mayo de 2015

Los dos restos visibles del Acueducto Romano de Consabvra (Camino de Sta. María) en 3D

Consabvra resucita poco a poco con cada post de "Tesoros de Consuegra". La empresa VIRTUANOSTRUM  y el arqueólogo Miguel Fernández Díaz ,colaboradores del Círculo Histórico Cultural Consaburense nos regalan esta imagen en 3D de los restos que aún se conservan en el Camino de Sta. María del acueducto de Consabvra. Pinchando el link que aparece debajo de la imagen podréis ver la recreación. Se puede girar y ver desde todas las direcciones tan solo moviendo el ratón sobre la imagen

https://skfb.ly/E8Nx

Actualmente, y gracias a las investigaciones que están llevándose en la presa y el trazado del acueducto de la antigua Consabura, por parte de Diego Rodríguez López- Cano y Rafael Caballero, se están desvelando restos de specus, así como las cubiertas de pizarra que protegían el agua en el canal. Con todos estos datos, y gracias a las labores de prospección de los voluntarios, se está comenzando a descubrir el trazado real que seguía el acueducto desde la caput aquae, o cabecera donde se extraía el agua potable, hasta la ciudad de Consabura, donde se distribuía para diversos usos. 










En la imagen inferior, podemos observar una parte del trazado del acueducto con arcos, desaparecidos en la actualidad.  







Restos del acueducto de Consabura desaparecidos en el siglo pasado

Restos visibles en Finca Los Peleches




Elias y Angeles Anaya

jueves, 30 de abril de 2015

El por qué de la Virgen de la Cuesta y otros datos sobre el Castillo de Consuegra y su muela


Estimados paisanos, ávidos seguidores de la historia de Consuegra. Nos encontramos a las puertas del mes de Mayo, mes del crecimiento y la floración. El origen de la denominación de este período de tiempo lo encontramos, como en el resto de los meses, en la antigua Roma. Mayo, proviene de Maius, nombre atribuido a la diosa Maia o Bona Dea (atribuida con cornucopia y rodeada de serpientes), diosa de la fertilidad, castidad y la salud. De aquellos tiempos reverberan las numerosas romerías en honor a nuestra Virgen que se dan en el mes de Mayo. Vírgenes y cruces  que se veneran en el campo, en sierras, montes y cuevas  por toda España. Como es el caso de  nuestra Virgen de la Cuesta, Tradiciones cristianas enraizadas con ritos paganos que abundan en este mes mágico de culto la primavera, a la naturaleza y a la vida.




En las romerías del mes de mayo, es costumbre trasladar a la Virgen a ermitas o lugares en el campo, donde permanece rodeada de flores, luminarias  y cosechas madurando. También son tradiciones propias de esta época del año, en la que la naturaleza despierta de su letargo invernal,  los ritos para "espantar al diablo" de las cosechas que se encuentran en un momento clave para su maduración, alrededor del días de San Marcos (25 abril). Consiste en anudar el tallo o brizna de  una hierba alta o arbusto con  la mano izquierda, en medio de celebraciones que tratan de conectar al ser humano con la naturaleza.

En Consuegra iniciamos el mes con la procesión de subida de la Virgen de la Cuesta a su retiro de Mayo, situado en una pequeña oquedad situada en lo que fue una cantera de extracción de roca en el corazón de la Cuesta.  Si somos observadores podremos ver en las piedras de alrededor marcas de cuñas de extracción de roca muy marcadas. Aprovecho esta entrañable tradición consaburense para aclarar el interminable debate del nombre de nuestro Castillo y el lugar donde se ubica. En el documento de la Orden, Relaciones de Fincas y Derechos pertenecientes a la Gran Dignidad Prioral en la Orden de San Juan de Jerusalen en Toledo, fechado en torno a 1853, del que mostramos un extracto en las imágenes inferiores, encontramos la respuesta.



 La por entonces Villa de Consuegra, que lo fue hasta que Alfonso XIII nos devolvió el título de ciudad que nos había usurpado Alfonso VI con muy mal perder, era cabera de un vasto priorato sanjuanista que disputaba con el Arzobispado la hegemonía en la provincia de Toledo. Como podemos apreciar en la imágenes, entre las posesiones de la Orden, se detalla el Castillo de Consuegra y su muela. Demostrado queda que no es Castillo de la Muela, si no que se encontraba en una muela, o cerro escarpado en lo alto con cima plana, haciendo alusión posiblemente a los terrenos colindantes a él, los que quedaban al amparo del albacar. También se cita la Tierra titulada de la Virgen a la cuesta de dicho castillo, donde se cultivaba trigo. Podríamos estar frente a la denominación más antigua de los terrenos que rodeaban al Castillo en su parte mas inferior, la Cuesta, tal y como denominamos comúnmente todos los consaburenses al cerro sobre el que se encarama nuestro castillo.

En el documento aparecen otros datos muy interesantes, que sin duda aportarán luz a las investigaciones sobre el trazado de Consuegra en el siglo XIX y sus edificios más emblemáticos

                                                                                                                        Elias y Angeles Anaya

jueves, 16 de abril de 2015

La Historia de Consuegra paso a paso: rutas organizadas por el Círculo Histórico-Cultural Consaburense

Imagen del primer grupo participante en estas rutas en el turno de mañana



Ángeles Anaya explicando el Hospital de
San Juan, construido por el Gran Prior D.
Gonzalo de Quiroga


José García Cano explicando las compuertas
construidas tras la inundación












El pasado domingo 12 de abril inauguramos las rutas del Círculo Histórico Cultural Consaburense por los lugares más emblemáticos de la Historia de Consuegra, que continuarán cada domingo de mayo hasta el mes de junio. Los 138  € recaudados de los 46 participantes en esta primera jornada, en pases de mañana y tarde, se donarán a la parroquia  y a la comunidad carmelita a partes iguales al finalizar todas las rutas


Cada uno de los lugares  de Consuegra que se visitan en la ruta se acompaña de anécdotas y datos curiosos, muchos de ellos hasta ahora desconocidos. 

 Agradecemos la excelente acogida que hemos recibido de  las madres carmelitas y su buena disposición al  dejarnos pasar a la iglesia del convento en este año Teresiano. Precisamente en ese lugar podremos descubrir cuál es el nexo de unión entre D. Miguel de  Cervantes, la Orden de San Juan y el Convento de San José de Carmelitas Descalzas de Consuegra

¡Os esperamos en las sucesivas rutas, ávidos seguidores de la Historia de Consuegra!
(reservas en Oficina de Turismo de Consuegra y email: rutasporconsuegra@gmail.com)


lunes, 6 de abril de 2015

La leyenda de la cuarta noche

28-12-2014


Cuenta una vieja leyenda consaburense que la cuarta noche después de un día de navidad, un noble caballero sanjuanista se apostó que era capaz de llegar al Castillo de Consuegra desde la Casa que los freires de Santa Maria del Monte tenían en la villa, sin que ningún paisano pudiera seguir sus pasos bajo la luz de la luna. 
Para tal proeza se sirvió, sin duda, de los túneles, cloacas, cuevas y construcciones edificadas en tiempo remotos, ya sepultadas. El osado freire, confiado estaba que seria capaz de orientarse en tal laberinto y llegar sin ser visto a su destino, donde otros freires lo aguardaban expectantes.
La cuarta noche, hora tras hora pasó, y el malogrado freire nunca llegó al castillo.
Perdido o sepultado bajo metros de tierra, no regresó.
Se cuenta que quien se atreva a caminar, tal noche como hoy, por donde el desdichado freire fue visto por ultima vez, hallará la entrada del oculto pasadizo. Pero, cuidado con adentrarse en él, porque luego no podrá volver.

Hallazgos reveladores de la Consabura romana




31- 10- 2014

¡Buenas noticias arqueológicas en Consuegra! Jorge, el arqueólogo que esta prospectando todo el subsuelo Consaburense, ha localizado tres cuerpos toscamente enterrados al final de la calle Eulogio Merchán, a pocos metros del único resto de la muralla de Consuegra conservado. No podemos olvidar que en esta misma calle, lo que antes albergaba la Casa de la Inquisición, frente al Convento, se localizaron unas construcciones abovedadas en el subsuelo de una vivienda en obras, también en estudio arqueológico. 




El lugar donde se han hallado los restos humanos no es zona que tengamos constancia existiera ningún cementerio o  enterramientos. Si pasáis esta noche por esa zona tened presente que, como decimos en Consuegra,"en la noche de los finados los muertos vagan por los tejados"...

Estamos a la espera de los resultados de los análisis y la investigación de Jorge, que publicaremos en este blog, Tesoros de Consuegra, el portal web mas apasionante para bucear en la Historia de Consuegra.

Mas restos interesantes, esta vez  localizados en un edificio recientemente derribado. En pleno estudio arqueológico y restauración de los mismos, en las imágenes, una columna y una basa de origen romano que se utilizo como parte del material constructivo de los muros del edificio ya desaparecido.
En la parte trasera del solar, en las obras de instalación del gas, se encontraron restos de estuco pompeyano, sigillata marmorata y vidrio, entre otros, materiales. Todos ellos denotan que el propietario era acaudalado y gozaba de cierto estatus en la Consabura romana. Historia q duerme bajo nuestros pies





lunes, 2 de febrero de 2015

Ecos de la ermita del Pilar de Consuegra que reverberan en la festividad de San Blas




Nos encontramos a medio camino entre el solsticio de invierno y el  equinoccio de primavera. En un período en el que comienzan a aparecer los primeros síntomas del despertar de la naturaleza sobre la tierra, aunque suene poco convincente tras el gélido día que hemos sufrido hoy.
Hoy es 2 de febrero, el día de la Candelaria o presentación de Jesús en el templo rodeado de luces, candelas y antorchas. Transcurridos 40 días desde el nacimiento de Jesús, la luz en esta festividad católica simboliza la purificación de la virgen y el camino de redención que aviva la fe.
Los días 1 (Santa Brígida de Irlanda), 2  y 3 de febrero (San Blas), han condensado celebraciones paganas desde los albores del ser humano. Desde los pueblos prerromanos, con sus celebraciones de luz y fuego que festejaban el lento pero constante aumento de las horas de luz,  hasta los lupercales romanos, que culminaban el 15 de febrero.
Es costumbre en Consuegra presentar a la Virgen de la Candelaria a los niños  nacidos en el año, en un acto purificador y luminoso.
Imagen de la Virgen de la Candelaria(Consuegra)
Mañana, 3 de febrero, a las 19: 00 horas, como todos los años, los consaburenses pueden acercarse a besar las reliquias del Santo custodiadas en la capilla que se conserva de la malograda ermita del Pilar, en la calle de los Muertos. Se dice que este Santo y sus reliquias tienen el poder de  prevenir los problemas de garganta durante todo el año.
San Blas (capilla del Pilar de Consuegra)
No obstante, a los escépticos con estas cuestiones, los animo a acudir y disfrutar de las pinturas y otras curiosidades que se conservan de la antigua ermita en esta capilla de San Blas. Para los que no puedan desplazarse a Consuegra, les dejo alguna imágenes que tomé el año pasado

Parte inferior derecha, fundador de la ermita del Pilar, don Gonzalo Coronel y Zayas
La ermita del Pilar de Consuegra, construida en el siglo XVII y demolida en 1976, fue edificada por los hermanos  Gonzalo y Ana María Coronel y Zayas.  Don Gonzalo Coronel y Zayas era abogado de los Reales Consejos y fue asesor del Prior don Juan José de Austria
Don Juan José profesaba una gran devoción por la Virgen del Pilar. Tanto fue así que el prior, aunque enterrado con el hábito de San Juan en el panteón de los Austrias del Escorial, quiso que su corazón descansara en la basílica del Pilar, en Zaragoza. Por ello se cree que don Gonzalo, como medida de gracia con su valedor, edificó la ermita en Consuegra en honor la Virgen del Pilar.  


Detalle cúpula ermita del Pilar









                                                                                                                                Angeles Anaya